OBRAS

Otra intervención importante, dentro de los lineamientos de eficiencia de recursos, se realizó
un humedal artificial (pantano seco) como sistema de fitodepuración de aguas residuales.
El mismo consiste en el desarrollo de un cultivo de macrófitas enraizadas sobre un lecho de
grava impermeabilizado. La acción de las macrófitas hace posible una serie de complejas
interacciones físicas, químicas y biológicas a través de las cuales el agua residual afluente es
depurada progresiva y lentamente.

El funcionamiento de los humedales artificiales se fundamenta en tres principios básicos:
la actividad bioquímica de microorganismos, el aporte de oxígeno a través de los vegetales
durante el día y el apoyo físico de un lecho inerte que sirve como soporte para el enraizamiento
de los vegetales, además de servir como material filtrante. En conjunto, estos elementos
eliminan materiales disueltos y suspendidos en el agua residual y biodegradan materia
orgánica hasta mineralizarla y formar nuevos organismos. El agua resultante será almacenada
en un pequeño embalse el cual alberga numerosas especies de anfibios, vegetales y atrae
aves. Este agua se encuentra a disposición para ser utilizada para el riego mínimo requerido
en los meses estivales en los sectores más intervenidos. Su superficie es de 110 m2 y está
calculado para recibir las aguas residuales del complejo en su máxima ocupación.